lunes, 29 de junio de 2009

El resto de las cartas.

A mis opciones: las que están regadas frente a mí. A las que son obvias y grandes y exuberantes, y a las pequeñas y disimuladas pero importantes. A ustedes que se hacen llamar oportunidades por los entusiastas, y a las que son simples pasos que hay que seguir para llegar más adelante. A las que están como flores a los lados del camino de piedras, esperando que las tome para que me acompañen. No se me acerquen mucho que me confundo entre tantos colores, no se me escondan tanto que se me pierden entre tantas flores.

A mis estrellas que este año harán falta: quienes no dejan de brillar. Estrellas pintaré en mi techo para recordar, que me acompañan y que me seguirán siguiendo, y que seguiré recordando. Que se acuerden que me pueden esperar, después de la vuelta al mundo volverán a brillar. Que me busquen en el cielo donde seguro estaré, pescando estrellas como ustedes, de esas que seguirán brillando, de esas que se siguen recordando…

A las luces que se están encendiendo: Una mecha invisible que las enciende una por una, dando cada vez más luz, opacando cada vez más a la luna. Velas que dan. Que dan luz, que dan cera, que dan calor, velas que dan. ¿Luces que parecen estrellas, estrellas que brillan como luces? Velas hermanas encendidas por la misma sustancia, llenas de amor y amistad humana, huelen como a la misma fragancia. Luz que deja ver los colores, luz que deja oler los olores…

A ti que te fuiste: Te fuiste, así está bien. Que te guíen tus propias luces bellas, que te lloren tus nubes y tus propias estrellas. Que camines por tu camino, y yo por el contrario, el mío. Que lo que nunca ha sido es por que no debe ni puede ser, y lo que será algún día pues debió por lo menos poder nacer.

A ti que te volveré a ver: Ya te escucho riendo, te veo escribiendo. Te escuché que llegabas, y justo ayer vi que entrabas. No has llegado, pero ya hablé contigo. No te has ido, pero ya te estoy extrañando. Vamos a cantar esa canción que cantamos, vamos a reírnos de esa risa que nos dejó llorando. Vamos a ser amigos de esos que quedan, cuando dos personas se han querido tanto.

A lo que me acostumbré: te veo hoy, te veo mañana. Se repite semana tras semana. Si te gusta cambia, si no te gusta cambia. Tenemos que entender, que hay que querer todo lo que podamos querer, lo que tenemos, lo que extrañamos, ahí que quererlo todo, mientras nos vamos. Que nada dura más de un tiempo, que todo cambia, así sea sigiloso y en silencio. Que los golpes y empujones de la vida, nos llevarán arriba; que si no estás abajo no hay a donde subir y si estás arriba siempre habrá donde caer. Que si no corres te duermes, y que si nunca corres pues nada tienes. Que no te sientes en el sillón a ver la vida pasar trotando, que tampoco te apresures tanto. Mira a los lados, llévate al que veas, sonríele al mundo, sirve mientras puedas.

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